jueves, 4 de septiembre de 2008

ROEDOR

No uso zapatos. Camino descalzo. Por eso la planta de mis pies es dura y callosa. El problema es que, al dormir y aprovechándose de la oscuridad y mi estado de letargo, un ratón sube a la cama y roe mis uñas. Después mastica la piel fibrosa y muerta de la planta de los pies y no siento nada. Pero a veces come y arranca de mas y se acerca a la parte viva de la piel, y entonces comienzo a tener pesadillas: una ballena peluda con bigotes me traga mientras pego de gritos, aprieto los dientes y me agarro con fuerza de las sábanas.

Despierto.

El ratón se ha ido y solo quedan migajas de piel seca regadas por la cama.

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