viernes, 29 de agosto de 2008

CALOR

La atmósfera exhala y forma nubes gigantescas, volutas de vapor se inflan crecen sobre si mismas se apretujan empujan revuelven el aire, difuminan el azul atmosférico y lo diluyen en una pincelada borrosa.
El calor es intenso. Los rayos solares penetran el asfalto y derriten la mezcla de tierra con rocas que está debajo. El pavimento forma ámpulas, se hinchan y estallan, liberando vapores nocivos. La gente los respira, tose y se marea. Algunos sucumben a la irritación, caen y se agitan en espasmos violentos, luego comienzan a disolverse, y sus cuerpos pierden forma; ahora son bultos de consistencia jabonosa que se desparraman por el suelo. En casas y departamentos, familias enteras mueren, pero esto no es notorio, pues el aroma a putrefacción es sublimado por las altas temperaturas. Los edificios comienzan a desmoronarse; las paredes truenan, las tuberías estallan y el agua se evapora al instante. Los vidrios de los automóviles se doblan y las llantas se derriten, creando nubes de humo negro y denso. De pronto, el planeta entero se enciende. Después de un tiempo se enfría. Desde el espacio puede apreciarse: una gran esfera de vidrio con un pequeño centro iluminado viaja a través del cosmos.

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