miércoles, 1 de abril de 2009

CONDICIÓN HUMANA (Eclesiástico 40)


Dios ha repartido una gran fatiga y un yugo pesado a los hijos de Adán.
Preocupaciones, temor de corazón y la espera angustiosa del día de la muerte.
¡Cuánto afán, ansiedad, temor, pavor mortal, pasión y riñas!
Y cuando se echa a descansar en la cama, el sueño nocturno lo turba, descansa un momento, apenas un instante, y lo agitan las pesadillas, aterrorizado por las visiones de su fantasía, como quien escapa huyendo de quien lo persigue, y cuando se ve libre, despierta y descubre que su terror no tenía objeto.
Peste y asesinatos, reyertas y puñales, ruina desastre hambre y muerte.
El que viene de la tierra vuelve a la tierra.

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