miércoles, 4 de marzo de 2009

ASFIXIA


-Nadie quiere matar a un ser humano, -dijo el doctor, llevándose la copa de vino a los labios.

Son niños que nacen sin pronóstico. Después de la expulsión, los pediatras los sacan del quirófano, los envuelven en mantas de algodón y los dejan sobre bandejas de acero inoxidable, y como pescados, observamos cómo se asfixian. A las mamás les dicen que han nacido muertos, para evitar que vean a sus recién nacidos agonizar. Puedes ver cómo luchan por el oxígeno; respiran tan rápido, con la boca abierta y las manitas cerradas, intentando aferrarse de algo, lo que sea, pero su suerte está marcada y van a morir. -A veces tardan horas en morir, incluso días, pero sabemos que no van a sobrevivir. -Entonces queremos romperles el cuello y detener aquella terrible agonía, pues sabemos que aquí no hay milagros. Pero nadie quiere matar a un ser humano.

Sin quitarnos la vista de encima nos terminamos la botella y escuchamos al viento sacudir las ramas de los árboles.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me gustó tu cuento. Pero me llegó de la manera más obscura. Creo que cumpiló su objetivo.

Chef Herrera dijo...

no es un cuento.