viernes, 21 de noviembre de 2008

DÍAS

Hay días en que no tengo nada que hacer decir escribir; permanezco en silencio, con la hoja en blanco frente a mí y la pluma en la mano. De repente me pica la lengua y siento un cosquilleo en la punta de los dedos, como que quiero decir algo pero no me sale; pienso que a veces basta con hacer un garabato sobre el papel, o murmurar algo, lo que sea, en espera de que las palabras salgan, vaguen y se mezclen con otras palabras, ruidos, destellos, gritos, y regresen a mí, cargadas de novedad, historias, momentos increíbles, curiosos, pero nada ocurre, y entonces me invade la frustración: grito, rompo un lápiz, una ventana, me corto las arterias del cuello, caigo al suelo y me desangro, buitres descienden sobre mí, comienzan a desgarrar mi piel, perros salvajes me devoran, las hormigas terminan con mi cuerpo y entonces me elevo y en mi resurrección pienso en palabras imágenes ruidos pero todo es oscuridad y silencio.

No hay comentarios: