Me estoy mordiendo la lengua. Desperté sudando las manos me tiemblan pequeños objetos vuelan a mi alrededor son ojos son ojos que me observan, ven cosas que yo no puedo ver, se cierran, la luz se comprime se oscurece todo, después se transforman en orejas succionan todo el sonido, el silencio obstruye los ruidos y las orejas vuelan chocan entre sí y al hacerlo desparecen en un fuego brevísimo que inflama la atmósfera expandiendo la humedad generando burbujas llenas de gritos lamentos palabras inconexas listas para eclosionar y convertirse en frases premisas paradojas profecías. Me estoy mordiendo la lengua, despacio, con fuerza, la mastico y los tejidos comienzan a destruirse; primero el dolor, intenso, inflama la boca; pasa, hay tumefacción después anestesia; más tarde una migraña intensa envuelve mi cráneo, me impulso corro destruyo mi dentadura contra la pared, trituro mis propios dientes se forma una pasta con los músculos, arterias y nervios de la lengua; de pronto, mi rostro se detiene: en el suelo, palabras muertas bañadas en sangre yacen silenciosas.
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